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Diseño e Imagen: ¿Cuánto Cuesta Diseñar?

SI bien el diseño gráfico en general y el diseño web en particular contemplan una vasta diversidad de formatos -sitios web, logotipos, animaciones, etc- existe un denominador común en el proceso de trabajo: la interacción entre la parte que diseña y quien demanda el diseño. Y existe comúnmente una proporcionalidad directa: mientras más participa del proceso la parte que demanda el diseño, más se encarece el servicio y no necesariamente termina ofreciendo un mejor resultado.


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Diseño y Cliente


Existe una tentación recurrente en los procesos de diseño que consiste en obviar que muchas veces los gustos y preferencias personales son algo altamente irrelevante. Acá no solo hablamos de los gustos de quien demanda el diseño, hablamos también de los gustos y preferencias de la parte diseñadora.


Esto porque el diseño a menos que sea en un contexto muy personal o decorativo, no tiene por objeto satisfacer gustos personales, sino que inspirar lo que se desea en aquellos a quienes se esté orientado. Introducirlos en un cierto contexto mental y sensorial.




Criterio de Autorreferencia [CAR]


A menos que quien demande el diseño o la parte diseñadora sean un representante inequívocamente perfecto de todo el conjunto de clientes o destinatarios de lo que se diseña, sus gustos personales son ampliamente irrelevantes.


Las bases de un diseño que funciona, difícilmente suelen sentarse sobre un cierto grado de complacencia. Sino que sobre un debido análisis que establece muy nítidamente el marco conceptual sobre el cual se trabajará y los objetivos detrás del diseño.


A partir de esto las evaluaciones dejan de ser antojadizas, arbitrarias o caprichosas, Y podemos entrar en el terreno de evaluaciones objetivas que permiten lograr resultados funcionales en poco tiempo.




Confianza Profesional


Normalmente la parte diseñadora tiene mejor entrenado su manejo del Criterio de Autorreferencia, así como también suele disponer de los fundamentos suficientes para establecer el marco conceptual adecuado sobre el cual trabajar. Y podrá evaluar con muchísima mayor asertividad la funcionalidad de una pieza versus otra. De manera fundada, en base a criterios vastamente estudiados de color, sonoridad, carga cognitiva, carga connotativa, neuroestimulación y otros.




Inspiración


La imagen a continuación inspiró esta nota. Es una lista de precios publicada en la vitrina de una agencia europea que ha dado la vuelta al mundo. Ilustra magistralmente el asunto:



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"Nosotros diseñamos todo"


Al confiar en la parte diseñadora que has contratado y entregarte a la organicidad natural del proceso, normalmente obtienes mejores resultados en cuanto a calidad, precio y plazo.




Y entonces... ¿Qué recomiendan?


A grandes rasgos hay 2 rutas a seguir...

  1. Confiar a pleno en el criterio, talento, profesionalismo, experiencia y conocimientos de la parte diseñadora Esta es la opción más rápida y menos costosa. La parte diseñadora te hará participar del proceso en lo justo y necesario; y tú deberás confiar y entregarte al flujo que te propongan. Esto permitirá tomar rápidas definiciones en la medida que van apareciendo resultados funcionales. Este método está inspirado en la "metodología agile" de desarrollo... donde sin detenerse en cuestionamientos ni detalles innecesarios, se va avanzando ágilmente a medida que van apareciendo resultados funcionales, esto es, resultados que cumplan con el propósito y se alineen a las directrices establecidas. Esta metodología es cada vez más usada por empresas de vanguardia como Google o Spotify. Es la "preferida de Silicon Valley" por su difícil de superar relación costo/beneficio.

  2. Tomar un rol más participativo e incidente en el proceso Esto no garantiza mejores resultados (aunque tampoco lo contrario), y es lógicamente más caro y normalmente toma más tiempo. La ventaja de este enfoque es que te sentirás más partícipe del resultado. Y sus principales desventajas radican en el costo, y que además puede terminar ofreciendo un resultado menos pulcro y consistente, muchas veces a causa de la excesiva incidencia de un criterio no experto durante el proceso y por la complejidad de conjugar múltiples criterios.







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